Un día decidimos ir con la mujer de escapada a una ciudad europea, después de sospesar varias opciones, decidimos ir a Paris, “que ilusión, la ciudad de las luces”, compramos un billete de avión, que por cierto, es mejor coger Transavia, pues te deja en Orly, y de allí hay un monorraíl, que te acerca a la estación de tren, y directo al centro de Paris
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